Su situación privilegiada, frente a Sierra Nevada, a una altitud que permite una proximidad visual muy acentuada, con una orientación norte-sur muy marcada, coincidente con la mejor perspectiva hacia el Veleta, resuelven la conformación de esta arquitectura.
Dos volúmenes blancos de cierta fragilidad bajo una “cáscara” envolvente de hormigón que los cubre y protege de la calle y del entorno cercano, mientras que se abre hacia el sur y las vistas a Sierra Nevada.
La vivienda juega con el paisaje, de forma que lo esconde al visitante, para después ofrecerlo como parte de una seleccionada colección de imágenes que cuelgan de sus paredes.