Antecendentes.
Brácana siempre quiso una iglesia propia. Las gentes de esta pedanía de Íllora (Granada), siempre fueron atendidas espiritualmente en templos ajenos a la población. El pueblo construye una iglesia sencilla con pocos recursos hacia los años sesenta, pero acaba teniendo problemas de estabilidad. Desde entonces los bracaneros y bracaneras expresan su anhelo de contar con una parroquia propia y digna para el pueblo, representativa de su religiosidad y naturaleza sencilla y humilde.
La premisa.
Levantar una parroquia donde estuvo la anterior, con los mimbres con que esta se hizo: economía de medios, y con la dimensión justa para albergar los 31 bancos que el pueblo tiene en uso en la Capilla de los Condes.
La propuesta.
La iglesia se plantea como un espacio único cubierto a dos aguas que se corta y se estira en varias secciones cualificando el espacio hacia la cabecera y permitiendo la entrada de luz.
Un sencillo pórtico de acero a dos aguas, que con sus variaciones y secuenciación, resuelve el programa, sustanciando la modelación espacial y su cualidad plástica.
Un único elemento constructivo capaz de ser estructura y cerramiento, paredes y techo, acabados exteriores e interiores. Cada material, con una función indisociable del proceso constructivo, se muestra honesto y sincero.
Cada material es a la propia solución constructiva lo que el feligrés es a la parroquia.